Si bien las dificultades en la lectura se asocian a edades más tempranas, eso no quiere decir que en la edad juvenil no persistan estas falencias. Según el Instituto de Estadística de la UNESCO, 19 millones de adolescentes en edad de cursar la enseñanza secundaria no alcanzan los niveles mínimos de competencia de lectura en América Latina y el Caribe.
Camila, una de nuestras estudiantes que cursaba grado noveno, pertenece a esos adolescentes, pues, presentaba dificultades en todas las asignaturas obteniendo un bajo rendimiento académico en general. Su obstáculo en la lectura estaba en que, al leer, intercambiaba las palabras, debido a esto su nivel de comprensión disminuía, generando el hábito de la regresión, para leer de nuevo lo que no había comprendido, por esto se iba atrasando en el desarrollo de las actividades en clase.
Camila presentaba algunos síntomas, sin embargo, existen más, entre ellos:
Omitir palabras
Esta situación es muy común cuando intentamos leer más rápido tendemos a prescindir de algunas palabras o trozos de ella y eso impide tener un contexto adecuado de lo que se lee.
Problemas para leer en voz alta
Sucede con frecuencia que al momento de leer se reemplazan algunos sonidos por otros, como cuando se lee “caballo” en vez de “cabello”. Asimismo, puede ocurrir que al leer se identifique la primera letra o sílaba de la palabra, pero se cambia por otra como “perdurar” por “percatar”.
Expresión incorrecta de las palabras
Es usual que esto suceda cuando se presentan errores de equivalencia fonológica, es decir, mencionar una palabra de sonido similar en lugar de otra, es decir, mencionar una palabra de sonido similar en lugar de otra, por lo que en vez de “seso” se lee “queso”. Además, suele suceder que durante la lectura se sustituyan algunos sonidos por otros como cuando se lee “alegría” en vez de “alergia”).
Lentitud al leer
Se identifica fácilmente al producirse una reducción una reducción en la velocidad de la lectura debido al hábito de leer palabra por palabra, el miedo a perder la comprensión si no lee detenidamente, falta de práctica, no se encuentra concentrado o le cuesta retener lo que ha leído.
Manejo deficiente de vocabulario
La causa de esto suele estar en la poca práctica que se tiene de la lectura, ya que rara vez el joven está expuestos a palabras que no reconoce y eso impide, incluso que llegue a entender lo que está leyendo, por lo que se le dificulta analizar tanto el sentido como el propósito del mismo.
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